A san Antonio Abad, o san Antón, se le considera el padre del monaquismo. Optó por la radicalidad evangélica y dio todos sus bienes a los pobres, y se retiró al desierto a orar y meditar. Compaginó su apostolado con prolongados retiros en la más absoluta austeridad, destacando su lucha contra las tentaciones y el demonio.

Cuenta la tradición que tenía tal sintonía con los animales como criaturas de Dios, al igual que san Francisco de Asís, que un día se le acercó una jabalina con sus crías que padecían ceguera y él los curó, y desde entonces nunca se apartaron de él, defendiéndole de cualquier peligro. Es por eso patrón de los animales.

Este año, las celebraciones se nos acumulan en los primeros días del año. Tras la Navidad y la fiesta del Santo Niño de Cebú, el día 17 celebramos el día de San Antón con la tradicional bendición de nuestras mascotas. Un santo que se conoce más por sus anécdotas que por su historia verdadera.

Una soleada y cálida mañana hizo las delicias de los presentes en un momento entrañable de encuentro con nuestros pequeños compañeros que recibieron la bendición un año más: perros, gatos, algún hámster, una tortuga, etc. Por la tarde, tras la misa de 20h se bendijo a los más rezagados en otro agradable momento. ¡ Algún humano que otro también recibió con alegría el agua de la bendición!

Os dejamos unas cuantas fotos de este día. Y ahora a esperar al año que viene…