Se ha publicado una entrevista a Fray Bernardo, nuestro párroco in solidum,  en la revista Bellpuig que se publica desde 1960 en el municipio de Artà (Mallorca) de donde Fray Bernat es natural. Os transcribimos un extracto de dicha entrevista a continuación por su interés:

Nos encontramos hoy con un artanenco muy cosmopolita a quien queremos hacer algunas preguntas.

  1. ¿Qué recuerdos destacarías de tu vida en Artà y que te han influido en quien eres hoy?

El amor que mis padres se tuvieron toda su vida y su exquisita bondad, porque así he podido entender y experimentar que Dios es amor. También mis hermanos, Tony y Miguel, mis cuñadas y toda su familia.

Doy gracias a Dios por ser cristiano, es decir, seguidor de Jesucristo, camino, verdad y vida, y sentido de mi vida; por ser franciscano, que es una manera concreta de ser cristiano, viviendo el evangelio en fraternidad y con alegría. Y el convento de los frailes franciscanos y todos aquellos frailes de los cuales Dios se sirvió para que yo también fuera fraile franciscano.

También tengo que decir que estoy orgulloso de que el padre Rafel Ginard me dedicara uno de los capítulos de su Croquis artanenc (Missa Nova) en el día de mi Primera Misa, en Artà.

 

  1. ¿Bernardo, cómo nació tu vocación?

A partir de los 13 años empecé a sentir la llamada de Dios para ser fraile franciscano. El convento de Artà en aquellos tiempos era un convento totalmente abierto a los niños y nos encontrábamos como en casa. Creo que Dios se sirvió de un par de frailes, entre ellos el padre Damián y el padre Jerónimo Genovart para que sintiera esta vocación. El amor entre mis padres, que yo sentí desde que era muy pequeño y la llamada de Dios a través de su palabra que me llegaba al corazón, junto con la alegría que yo veía en los frailes, contribuyeron también a mi vocación.

En aquellos tiempos no había ni televisión, ni radio, ni discotecas, ni internet, ni nada de todo eso, por lo que estábamos acostumbrados al silencio y a la reflexión. Podíamos estar tres días en silencio total en los Ejercicios Espirituales. Pienso que actualmente es muy difícil para los niños y jóvenes de hoy hacer esta experiencia. Un ejemplo: cuando estaba en Barcelona, fui a dar una charla a un colegio a chicos de 15-16 años, y cuando acabé les dije: “Haced dos minutos de silencio.” Y no fueron capaces.

  1. Cuando estás en Mallorca ¿echas de menos algo de Madrid?

Sí, en concreto la experiencia de vivir la fe en comunidad, porque estoy convencido de que la fe en Jesucristo o se vive en comunidad o no es fe cristiana. Y en la parroquia del Santo Niño de Cebú puedo vivir con mis hermanos de comunidad y con los laicos esta realidad, ya que los frailes y los sacerdotes necesitamos también tocar la fe del pueblo de Dios.

  1. Los franciscanos TOR habéis estado de aniversario. ¿Qué celebráis?

Hemos celebrado los 125 años de la Restauración de T.O.R. en España y como siempre, Dios se fijó en un puñado de hombres sencillos y humildes de Llucmajor, como el padre Antonio Ripoll y sus primeros compañeros. La segunda fundación precisamente fue en Artà y aquí fue donde murió.

Una de las primeras fundaciones fue en Estados Unidos para ayudar a los primeros inmigrantes de Puerto Rico que llegaban a Nueva York. Para un fraile mallorquín de aquel tiempo, lo mismo era ir a Madrid que a Nueva York. Lo difícil era pasar el charco. Después se extendieron por México y Perú.

  1. ¿Qué recomendarías o qué destacarías del Colegio San Bonaventura a los padres con niños en edad escolar?

Los padres tienen que saber que a demás de una educación académica, los niños también recibirán una formación humana y cristiana. Actualmente la provincia trabaja en este sentido de una manera coordinada en todos los colegios, tanto con los profesores como con los padres de familia.

  1. ¿Crees que volveremos a ver las iglesias completamente llenas?

Pienso que hay tres causas que explican esta realidad:

  1. El problema más grave que tiene la Iglesia es la ignorancia religiosa, ya que nadie ama lo que no conoce.
  2. En segundo lugar, creo que se debe a que no se ha pasado de una fe infantil, tradicional y sociológica a una fe adulta.

El proyecto de Jesús y del su evangelio no es cambiar el mundo, basado en el dinero, el poder y el prestigio, sino que Jesús ofrece una alternativa a este mundo. Es otra manera de vivir, de ser feliz por un camino diferente.

Por tanto, ser cristiano no es poner una luz roja a todo lo humano, sino que como el Hijo de Dios tomó nuestra carne, asume todo lo humano y lo lleva a la perfección.

Hoy nos encontramos con la realidad de redescubrir una iglesia en la diáspora, una iglesia de minorías. El ideal de una iglesia multitudinaria y nacional no aparece en ningún sitio del Nuevo Testamento, ni en la tradición de los primeros siglos. Eso no quiere decir que la comunidad tenga que ser una secta de selectos y mucho menos una élite cultural. El grupo cristiano ha de estar abierto a todos.

El secreto de todo esto está en comprender que la comunidad de Jesús no es un producto sociocultural, sino el resultado de una conversión personal y de un encuentro con Jesucristo, y así poder llegar a decir: “Yo creo en ti, Jesús, sentido de mi vida, camino, verdad y vida.” Más aún, esta fe no se puede vivir en solitario, individualmente, sino en comunidad.

 

Efectivamente, el cristiano de hoy necesita encontrar pequeñas comunidades cristianas no solo para vivir la fe, sino para sobrevivir como cristianos, en un mundo cada vez más ajeno al cristianismo. Remar contracorriente es siempre difícil, y un cristiano necesita estas pequeñas comunidades donde haya un ambiente donde se pueda hablar abiertamente de Jesucristo, donde uno sea alguien para alguien, ser personas y poder comunicarse entre ellas.

 

Por tanto, lo que la Iglesia necesita hoy no son nuevas instituciones sino vivas comunidades cristianas que vivan el evangelio y así ofrezcan al mundo una alternativa.

 

3. Y tercero, unas palabras del Concilio Vaticano II, en el número 19 de la Gaudium et Spes: “En esta génesis del ateísmo pueden tener parte no pequeña los propios creyentes, en cuanto que, con el descuido de la educación religiosa, o con la exposición inadecuada de la doctrina, o incluso con los defectos de su vida religiosa, moral y social, han velado más bien que revelado el genuino rostro de Dios y de la religión.”

Aún podemos añadir otra causa: el hecho de que se haya abandonado la práctica religiosa hace que mucha gente no tenga ya más posibilidades de encontrarse con la palabra de Dios.

 

  1. ¿Son muchos los jóvenes que se preparan para ser frailes franciscanos y sacerdotes?

El problema vocacional es consecuencia de todo lo que he dicho hasta ahora. Si asistimos a una descristianización de la sociedad y una crisis de la familia, ¿cómo pueden nacer vocaciones a la vida consagrada?

 

  1. Y finalmente, ¿no crees que se hace necesario hacer cambios estructurales de acuerdo con los signos de los tiempos que corren?

El cambio de estructuras es necesario y creo que comenzó con el Vaticano II. El Concilio nos dijo que se había acabado una etapa, una era y un estilo, y que comenzaba algo nuevo. Más aún, nos describió los rasgos que si se llevan a la práctica llevarían a un cambio estructural. He aquí estos rasgos:

  • Pasar de la palabra humana a la palabra de Dios.
  • Pasar de una iglesia oficial a una iglesia como pueblo de Dios.
  • Pasar de una iglesia clericalizada a una iglesia de integración del laico.
  • Pasar de una piedad marginal a una liturgia viva y consciente.
  • Pasar de un cristianismo de alejamiento del mundo a un cristianismo de acercamiento y de servicio al mundo.

¡Que la Madre de Dios de San Salvador nos acompañe siempre en nuestro caminar!

Fray Bernardo Nebot Llinàs, TOR.