Jóvenes de nuestras parroquias de la T.O.R. han querido compartir, con todos miembros de la comunidad, sus impresiones y meditaciones desde su experiencia en directo de la Jornada Mundial de la Juventud, que está teniendo lugar estos días en Lisboa. La idea es que cada día nos enviaran nuevos testimonios que iremos publicando.

También podéis uniros con el Papa en sus intenciones de oración para este mes de agosto:

“Oremos para que la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa ayude a los jóvenes a ponerse en camino, dando testimonio del Evangelio con su propia vida.

Os hemos puesto contenido al respecto en nuestra web que podéis acceder a través de este enlace.

 

TESTIMONIOS: Día 5-08-2023

Almu, 20 años:

El sábado fue, sin duda, el día más intenso de todos. Fue exigente tanto a nivel físico como a nivel mental, siendo muchos los momentos en los que entraba la tentación de rendirse. En cambio, ese posible sufrimiento, fue casi una bendición, ya que pudimos ofrecer nuestro esfuerzo a la Virgen en el Rosario, un esfuerzo que cobró un sentido especial después del Via Crucis que tuvimos la suerte de compartir el día anterior. Además, fue muy bonito cómo fuimos soporte los unos para los otros.
Una vez llegamos al tan deseado destino, pudimos disfrutar todos juntos de conciertos, bailes y reflexiones, que llenaban el alma, que movían cosas por dentro.
Por último, llegó el momento que todos estábamos esperando: la adoración al Santísimo. Más de un millón de jóvenes postrados ante un mismo Dios, conmovidos por unas palabras del Papa que nos invitaban a levantarnos frente a la adversidad y a ser apoyo para aquellos que nos rodean, actuando siempre desde una actitud de misericordia y evitando juzgar a ese, nuestro hermano.

Marta, 26 años:

La JMJ se organiza por y para Cristo y aunque somos capaces de verlo a raudales en cada actividad de la semana, es en el momento de Adoración con el Papa en la vigilia cuando se materializa en nuestro corazón el sentimiento de “HA VALIDO LA PENA”. La peregrinación agota tanto al que anda 5 horas (como nosotros) como a quienes les dejan prácticamente en la puerta, el calor, la espera, los fallos en la ingeniería… todo se olvida cuando nos encontramos con Él.
Para mi particularmente fue un momento emotivo en el que mi corazón sólo me inspiraba a darle las GRACIAS, por elegirme tan débil y cuidarme, por ponerme este grupo tan bueno y variado como instrumento y compañía en esta experiencia, por mi familia, mis amigos y cada persona que me ayuda a sentirle en mi rutina. Y a pedirle PERDÓN, por cada vez que elijo mi comodidad antes que su voluntad, por haber participado en su via crucis con mis pecados, por no querer ver la necesidad ajena por miedo a tener que ser más generosa.
El sábado fue un día agotador y a la par un momento de recarga total, para poder volver a casa con ganas de llevar la luz y la alegría de Cristo allá donde vaya.

Nacho, 16 años:

Lo que el día de hoy me ha enseñado sobre todo ha sido el discurso del Papa Francisco, ya que me ha hecho ver que, sin mencionar el tema de Jesús o la cristiandad durante la mayor parte del texto, me ha enseñado enormemente a comprender el mundo de forma moral. Esto me ha hecho ver que el mundo cristiano está muy relacionado con las buenas personas y los buenos actos, ya que las dos cosas tienen mucha conexión y te hacen pensar en la otra sin ni siquiera mencionarla.

Esmeralda, 24 años:

Por fin ha llegado el día que más esperaba, la vigilia con el Santo Padre, la que vivimos en Cracovia fue muy especial, estaba ansiosa para ver que nos deparaba la de Lisboa.
Pero el Papa otra vez nos hace darnos cuenta con sus palabras que tenemos que luchar por nuestros sueños, que nada en esta vida es gratis, sólo lo es el amor de Dios, por lo tanto, si un día no puedes más,no pasa nada, te levantas y a seguir persiguiéndolo, porque la clave del éxito esta en el entrenamiento.
Y que si vemos a alguien que no puede más no podemos girarnos y dejarle solo, hay que ayudarle porque la felicidad también se consigue con los demás y transmitiéndoles la energía para que no tiren la toalla. La felicidad es compartida y hay que llevarla hasta el último rincón de la tierra.
El Papa Francisco con sus palabras llega mucho a los jóvenes y nos hace sentirnos especiales tal y como somos, sin filtros y eso es muy bonito. No tengan miedo a sentir el amor de Dios, pues solo nos puede traer felicidad y gozo.

Carlota, 13 años:

Por la mañana nos levantamos y peregrinamos al Campo da Graça a celebrar la Vigilia.(en la Vigilia)Yo no entendia nada, habia chicas bailando y la verdad que me lo imaginaba mucho mas tranquilo y recogido. Pero cuando el Papa empezo ha hablar deje mis pensamientos a un lado y comenzó lo que en un principio esperaba; duro muy poco, pero lo suficiente como para seguir adelante en la fe.

Lucas, 24 años:

Podría decir mucho del día de hoy, pero creo que lo importante se resume en Él, en su forma más insignificante: un trocito de pan de milímetros de extensión, capaz de congregar a mares de personas que han andado, han sudado, han estado al borde de la extenuación, sufriendo los estragos del sol y la deshidratación, que se han encontrado, han reído, han bailado, han tenido que recolocalizarse por problemas con el espacio, han vuelto a bailar, una sonrisa perenne en la cara y al final, el encuentro con Él y la máxima muestra de humildad y entrega. Sencillamente, inexplicable.

Jesús, 25 años:

Al ser mi primera JMJ, no tenía unas expectativas completamente formadas de lo que sería la experiencia. La dura peregrinación al sol hasta el Campo da Graça y la posterior espera, definitivamente merecieron la pena. La Vigilia del Sábado fue muy emocionante, pero me quedaría con la reflexión que nos planteó el Santo Padre acerca de quiénes han sido y son hoy en día rayos de luz y de alegría para nuestras vidas. Sentí una profunda gratitud de estar compartiendo un momento tan emocionante con un grupo de amigos y compañeros de fe que han sido y son verdaderos misioneros de alegría, y que tantas veces me han ayudado a levantarme cuando solo no podía. Regreso a Madrid con fuerzas renovadas para seguir caminando como nos pedía el Papa, entrenando cada
día para ser una alegría que cree raíces.

 

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