Jóvenes de nuestras parroquias de la T.O.R. han querido compartir, con todos miembros de la comunidad, sus impresiones y meditaciones desde su experiencia en directo de la Jornada Mundial de la Juventud, que está teniendo lugar estos días en Lisboa. La idea es que cada día nos enviaran nuevos testimonios que iremos publicando.

También podéis uniros con el Papa en sus intenciones de oración para este mes de agosto:

“Oremos para que la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa ayude a los jóvenes a ponerse en camino, dando testimonio del Evangelio con su propia vida.

Os hemos puesto contenido al respecto en nuestra web que podéis acceder a través de este enlace.

 

TESTIMONIOS: Día 2-08-2023

Jorge, 17 años:

El primer día estuvo cargado de emociones y buenos momentos viendo a tanta gente que cree lo mismo que tú, pero viniendo de otro país y que cuando pasas por al lado te regalan una sonrisa o un saludo y te das cuenta que la «juventud del papa» no es un modelo regido de Cristiano para todos los países, sino que es original y única en cada uno de ellos. Me recordó el primer día como el camino de Emaús, llegas nervioso pensando «aver que me espera», entonces es. Yendo se aparece Dios en cada uno de estos jóvenes. Esta es mi primera JMJ y no podía desaprovechar esta ocasión para venir ya que Jesús nos pone unos talentos y no podemos guardarlos.

Inés, 19 años:

La verdad es que venia a esta JMJ sin expectativas pero con mucha fe. Por eso, aunque nuestro primer día en Lisboa ha sido corto, ha sido suficiente como para saber lo brutal que va a ser esta semana. Cada momento de agobio que hemos estado apretados entre mil personas ha sido una oportunidad de conocer gente. Me quedo especialmente con la sensación que he tenido en la misa de que, aunque no fuese en español el mensaje llegaba igual a todo el mundo, la universalidad de la Palabra.

Javi, 26 años:

Hoy ha sido día de aterrizaje, y adaptarse rápidamente al ritmo que pide una JMJ. La llegada rápida, marcha hacia el lugar de la misa inaugural, conseguir el kit del peregrino para poder funcionar… Descubriendo la riqueza de nuestra “expedición”: unos peregrinos con la mejor de las actitudes, y todo un equipo de responsables capaz y entregado.

Lección espiritual del día: la “marabunta” de X peregrinos por la que hay moverse (no sabemos el número oficial) son X almas individuales, hijos de Dios, y en busca del encuentro con Dios. Una bella realidad, y también lección de humildad: las personas no son un “estorbo” que sortear, sino personas reales. Un amigo decía: “la humildad es descubrir que, para otro, tú eres un obstáculo para subir las escaleras del metro”.

Alberto, 24 años

Posiblemente las palabras que mejor describan el primer día en esta JMJ sean“ilusión” y “cansancio”. Obviamente llegamos a Lisboa tras un viaje largo por carretera, pero sin duda, eso no fue motivo suficiente para eclipsar la emoción que se siente cuando te das cuenta de que una persona sencilla y pobre come era Jesus, es capaz de reunir a tanta gente joven 2000 años después en un mismo sitio. La misa de apertura fue intensa, llena de cantos y posiblemente un anticipo de lo que nos deparará la JMJ, es decir una experiencia inolvidable. Ahora solo nos queda disfrutar y vivir estos días que vienen con espiritu de unión fraterna compartiendo experiencias que probablemente recordemos el resto de nuestras vidas.

Noelia, 22 años

Para esta JMJ no tenía expectativas. Había decidido no formarme una imagen previa de lo que sería y dejarme sorprender. A veces sale de forma natural intentar tener todo bajo nuestro control y dejar menos espacio para que la providencia nos sorprenda.

El primer momento en el que pensé: «Ostras, estoy en la JMJ» ocurrió de camino a la misa de apertura. Según nos acercábamos, se comenzaban a ver grupos de jóvenes de todos los lugares del mundo. Muchísimas banderas y muchísimo movimiento. Llegó un momento en el que mientras esperábamos en una plaza a gente del grupo, comenzamos a cantar canciones alabando al Señor. Del río de gente que nos rodeaba, se iban uniendo algunas personas con palmas e incluso cantando también. Y entonces tuve esa sensación de estar en casa, aún estando lejos de ella. Poder encontrar a otros jóvenes que comparten la fe, hace que el resto de diferencias parezcan irrelevantes.

Doy muchas gracias por esta oportunidad de ver de primera mano lo viva que está la juventud en la Iglesia.